Un tomate es plantado, cosechado, transportado y vendido en un supermercado, pero se pudre y acaba en la basura. ¿Acaba? No. Isla de las Flores lo sigue hasta su verdadero final, entre animales, basura, mujeres y niños. Y entonces queda clara la diferencia que existe entre tomates, cerdos y seres humanos.
Con elegancia y mucha ironía, este documental alternativo nos muestra la verdadera cara de nuestra sociedad en determinadas ocasiones y de cómo a veces valoramos más cualquier otra cosa que una vida humana.
Con elegancia y mucha ironía, este documental alternativo nos muestra la verdadera cara de nuestra sociedad en determinadas ocasiones y de cómo a veces valoramos más cualquier otra cosa que una vida humana.
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3 comentarios:
Buenísimo y cruelmente cierto.
"No tener dinero ni dueño..." o sea, gente olvidada y condenada a sobrevivir con los desperdicios de los privilegiados humanos que han tenido medios y recursos para desarrollar sus habilidades y obtener dinero.
Qué hipocrotas somos, decimos respetar por encima de todo la dignidad humana, pero solo de la clase social que nosotros elegimos, porque damos por sentado que hay humanos cuyo destino ya es inalterable, y solo por el hecho de haber nacido en un lugar donde a los dueños del territorio no les preocupa su vida, ni como mueren...
Y miramos a otro lado, a nuestros problemas cotidianos, los que en unas horas convierten a sitios como "La isla de las Flores" en tan lejanos... Esta es nuestra realidad, más triste y más cruel.
Coincido plenamente Meriyou.
Casi inevitablemente, la codicia se apodera del hombre en la realidad en la que vivimos. Inundados de mensajes que reafirman una vision materialista de la cosas, es dificil no sucumbir al poder del egoismo. Todo pasa por una buena Educación y conocimiento...
Impresionante como los seres con taliencéfalo altamente desarrollado y pulgar oponible, sean capaces de utilizarlos contra si mismos.
Continua así Markuko...
Animo!!! para esta nueva aventura!!
Piensa, luego seduce y difunde...
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