lunes, 24 de agosto de 2009

Política low cost

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A pesar del poco espacio para desarrollar las políticas que tienen los diferentes partidos, cabe prestarse a un análisis de la situación de nuestros queridos gobernantes y la visión, que éstos tienen, de la manera de pilotar un país.

Cuando comienza el nuevo curso político después del periodo veraniego, se hace necesario denunciar el ‘cortoplacismo’ de los regentes que conducen España. Una vez más, los intereses personales y de partido se sobreponen a los réditos generales. Todo para mantenerse en el poder mientras se llenan la boca de grandilocuencias.

Cercanos al ecuador de la legislatura, el gobierno socialista está más pendiente de mejorar los datos macroeconómicos, que de la situación real de la economía. La mayor parte de las medidas emprendidas, parecen haberse puesto en marcha, con la intención de falsificar una realidad numérica que beneficie los postulados de Zapatero.

Desde el plan E, pasando por la manipulación de las listas del paro, hasta llegar (que llegará) a la reforma del mercado laboral, el presidente español intenta ganar tiempo antes de que la economía de la península acabe estrellándose de forma estrepitosa. Con estas medidas de bajo calado y ‘cortoplacistas’ la situación de nuestra economía está abocada al fracaso. Da la sensación que Zapatero espera a la presidencia de la Unión para salvarse de su particular ‘mayday’. Qué casualidad que el plan E acaba cuando el empieza su turno en la jefatura de la UE.

La oposición y su principal valedor, Mariano Rajoy, no andan mucho mejor que el PSOE. Pese a que el PP aventaja en intención de voto al gobierno, su presidente cae a al índice de popularidad más bajo jamás conocido (80% desconfianza). Esta paradoja resultante puede deberse a tres factores: La poca confianza que ofrece Zapatero, la pérdida de credibilidad en las esferas políticas y la persistencia de los votantes del Partido Popular. Pese a esa pequeña mejora en los datos demoscópicos, el presidente de la oposición y sus secuaces cercanos están a la altura del betún, bien cerquita del gobierno.

Para más inri, es increíble que en un país, donde un porcentaje significativo de los políticos están encausados en procesos judiciales, puedan seguir ejerciendo en sus cargos públicos. Curiosamente esto solo pasa en España, y en Italia (dentro de la UE); y lo peor es que algunos se jactan de ello.

Los demás grupos del congreso español, nacionales y periféricos, no distan mucho de los dos grandes partidos con capacidad de gobernar. No es de extrañar entonces, el desapego de la sociedad española de su clase gobernante.

En este nuevo mundo low cost, la política no deja de ser un artículo más, y si todo sigue la misma tendencia, en un futuro se fabricará en China para abaratar su producción.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
25 de agosto de 2009, 19:23  

A este paso los políticos españoles serán chinos...

Buen artículo.

markuko dijo...
28 de agosto de 2009, 0:58  

Buenas anónimo,

Vengan o no chinos, la política española es deprimente. Una pena vamos.

Un saludo.

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