Crisis: ¿Colapso financiero del dólar?

Hace ya tiempo que vimos la volatilidad del sistema financiero, aunque parezca más tranquilo ahora. No hace tanto que venimos notando esa inestabilidad al pie de la calle. Desde que comenzó la caída del sistema financiero, los datos estadísticos de cualquier indicador (paro, PIB…) no han dejado (ni dejarán) de ser negativos.

Las previsiones oficiales han encadenado error tras error. O bien nuestros regentes no tienen ni idea, o bien ocultan más de lo que saben. No es lo mismo lanzar una bomba (mediática) de un diferencial de 4 puntos negativos, que ir dejándolo caer de 1 % en 1 %. Repito, para cualquier indicador: paro, crecimiento PIB, morosidad, balanzas fiscales...Todos han aumentado negativamente cada trimestre (y mira que llevamos pocos…).

Sin entrar en las causas previas de cómo llegamos a este sistema financiero (leer artículo), cabe destacar un hecho importante: la fecha en que Nixon abolió el patrón oro como respaldo a la moneda norte-americana. A partir de entonces, los mercados se inundaron de dólares sin ninguna garantía de cambio. La máquina de hacer dinero funcionó sin apoyarse en la economía productiva, ni en los bienes; y en cambio, una ola de especulación; como si de un tsunami se tratase; barrió el planeta por la permisividad de nuestros políticos.

En la actualidad el mercado está inundado de ‘dólares baratos’. La reciente subida (ficticia, artículo) del dólar es una consecuencia directa y previsora de una nueva caída de las bolsas mundiales. El refugio en la moneda americana por la inestabilidad de la bolsa, más concretamente en los bonos del tesoro y en deuda internacional, hace presuponer que incluso estos ‘valores’ están inflados y acabarán depreciándose.

Por otro lado, la deuda pública estadounidense se expande ya incontrolablemente, y puede llegar a límites insostenibles (como dice Paul Krugman -artículo, otro-). Si el gobierno se endeuda más para realizar inversiones públicas con capitales privados, llegará un momento en que cesarán los pagos. Para entonces, si los acreedores internacionales ven que el barco americano se está hundiendo, no van a seguir suscribiendo la deuda norte-americana. Si esto pasa, veremos depreciaciones del dólar hasta ahora inimaginables.

Para acabar, una última reflexión: ‘‘Cuando se trata de grandes grupos humanos, la percepción del cambio por la mayoría se produce sólo cuando el cambio ya es un hecho’’. No dejéis de ver el video (este es solo uno), explica mucho mejor lo de los bonos.

Artículo: California entra en bancarrota